Se você achava que somente homens eram guerreiros no antigo Japão, se você achava que apenas homens iam a guerra, se você achava que isso de mulher guerreira é coisa nova, então veja a postagem abaixo, tirada do Blog Solo Artes Marciales.
E não foi somente lá. Nos países nórdicos, um dos guerreiros vikings mais famosos também era uma mulher.
por SoloArtesMarciales Redacción 01 marzo, 2018
Entre los samuráis famosos, Nakano Takeko, la última mujer samurái merece un gran reconocimiento a su valentía.
Es recordada por ser la última mujer samurái que dirigió un comando de onna bugeishas, para combatir en la Guerra Boshin, en la que encontraría la muerte.
Fue una guerrera samurái de fuerte convicción, bien instruida y entrenada para combatir con grandes y fuertes oponentes.
A tan corta edad inmortalizó su nombre para siempre, como un símbolo de fuerza femenina y honor samurái, al pelear sin miedo a la muerte por mantener el shogunato.
NAKANO TAKEKO, LA ÚLTIMA MUJER SAMURÁI EN LA HISTORIA DE JAPÓN
Nakano Takeko es la última mujer samurái que combatió en la historia de Japón, nació en 1847 en los dominios de Izu, descendiente de una prestigiada familia samurái.
Su padre fue un oficial de Izu, el General Nakano Genai, quien pudo ver que su hija Takeko desde muy joven mostraba habilidades para la guerra.
Por lo cual, Takeko fue entrenada desde pequeña para ser una onna bugeisha o experta en artes marciales, su maestro fue Akaoka Daisuke, quien más tarde la adoptó.
Takeko también fue instruida en la Historia de Japón y literatura, por lo que desarrolló una gran admiración hacia Tomoe Gozen. Otra mujer samurái de la época de la Guerra Genpei, que pronto se convirtió en la heroína de la muy joven Nakano Takeko.
INFANCIA DE NAKANO TAKEKO
Mientras que otras niñas de su edad se divertían con actividades de mujeres, Nakano Takeko prefería actividades “de niños”. Las cuales incluían ser instruida en artes marciales, tanto en defensa personal como ataque.
Durante su entrenamiento como onna bugeisha o mujer samurái, Nakano demostró grandes habilidades para manejar la naginata y otras armas samuráis.
La naginata era el arma especial de las mujeres samuráis, sin embargo, Takeko no se limitó a ella, y también practicó el uso de katanas, aunque su fuerte siempre fue la naginata.
Su complexión delgada y estilizada, daba la impresión de que Nakano ni siquiera podría levantar una naginata. Pero forjó rápidamente su fama al sorprender a sus adversarios en entrenamiento, con movimientos ágiles y despiadados.
NAKANO TAKEKO SE VUELVE UNA MUJER SAMURÁI
A la corta edad de 15 años ya había conquistado los conocimientos suficientes para ser una mujer samurái, y a los 16 años comenzó a entrenar a otras mujeres en el arte de la guerra, bajo la supervisión de su maestro Daisuke.
Se dice que Nakano Takeko era disciplinada y muy correcta, sin embargo, conservaba a flor de piel la frescura y rebeldía propia de la adolescencia.
Su padre el General Nakano Genai había acordado un matrimonio entre ella y un hijo de su maestro Akaoka Daisuke, pero Takeko se negó y el arregló se disolvió. Argumentó a su padre que era muy joven para casarse y que de hacerlo tendría que alejarse de lo que ella más amaba: los combates.
NAKANO TAKEKO PREVIO A LA RESTAURACIÓN MEIJI
La joven Nakano vivió en el periodo más difícil para los samuráis, la época previa a su extinción, cuando los samuráis estaban perdiendo sus privilegios como casta.
Japón se abatía en una guerra entre los que querían conservar el poder para el shogunato con las fuerzas samuráis, y los que pensaban que era tiempo de recobrar el poder de la Corte Imperial. Además, Japón estaba bajo amenaza de ser invadido por Estados Unidos si no permitían el desembarque de buques estadunidenses en Japón.
El shogunato instaurado por Tokugawa Leyasu en 1603, era fiel creyente de que Japón debía permanecer para los japoneses. No permitían que ningún tipo de barcos se acercara a Japón y sus costas y mucho menos que desembarcara.
Frente al inminente ataque estadunidense, el shogun en turno Tokugawa Yoshinobu, firmó el acuerdo de Kanagawa para permitir el acceso de los barcos estadunidenses.
NAKANO TAKEKO EN LA BATALLA DE IZU
Las fuerzas de la Corte Imperial contaban con el apoyo extranjero y sus armas de fuego occidentales marcaron por mucho la diferencia con los samuráis.
Quienes conservaban la tradición japonesa de luchar frente a frente, con honor y orgullo, ganaba el mejor combatiente, pero con las armas de fuego, las reglas cambiaron.
Mientras que las fuerzas imperiales ostentaban un ejército de más de 15 mil hombres bien armados con fusiles occidentales, la resistencia samurái eran apenas de 3 mil a 5 mil guerreros con katanas y pocos arcabuces casi obsoletos.
Cuando Nakano Takeko vio el desolador panorama para su casta amada: los samuráis, no eligió refugiarse como las demás mujeres. En su lugar, reclutó un comando de apenas 20 mujeres onna bugeishas dispuestas a combatir en la Guerra Boshin.
NAKANO TAKEKO Y SU EJÉRCITO DE MUJERES SAMURÁIS
En 1868, con tan solo 21 años, la juventud por delante y la sangre ardiente, Nakano Takeko y su valiente escuadrón de mujeres, incluida su hermana Nakano Yuko, se lanzaron a la guerra.
Takeko solicitó permiso al general del ejército samurái para que ella y sus onna bugeisha salieran al frente del campo de batalla y ganar cierta ventaja.
Ya que al inicio de la guerra, las fuerzas imperiales tenían la orden de capturar vivas a las mujeres samuráis, por ello el ejército femenino tenía una ventaja.
Pero luego del descomunal número de bajas causado por apenas 20 mujeres, el general imperial reconsideró su decisión y mandó disparar a todas las mujeres.
Una de las primeras en caer fue Takeko, recibió un disparo de bala en el pecho y pese a la gravedad de la herida, se dice que mató a un par de hombres más.
MUERTE DE NAKANO TAKEKO
Cuando ya no pudo más, le pidió a su hermana Yuko que le decapitara la cabeza luego de que ella se clavó un puñal para cometer seppuku. Pese a que las mujeres no tenían permitido realizar este tipo suicidio exclusivo para hombres samuráis.
Se dice que le dijo a su hermana, “no se llevarán mi cabeza como trofeo”, por lo que su hermana la decapitó y se llevó su cabeza para enterrarla bajo un árbol en el Templo Hokagi.
Con su muerte, dio final a la era de mujeres samuráis, pues las fuerzas imperiales ganaron y restablecieron su poder, desvirtuando a los samuráis como clase privilegiada destinada a desaparecer de Japón.
Actualmente, hay un Monumento a Nakano Takeko donde cada año cientos de mujeres conmemoran a la última mujer samurái.
Nakano Takeko, la última mujer samurái
En su honor, también fue forjada esta katana blanca que reúne sus características más representativas.